Realmente es conmovedor el libro que escribieron para Planeta LucÃa y JoaquÃn Galán, los queridos “Hermanos” Pimpinela, porque eligieron hacer capÃtulos separados y cuando los leyeron descubrieron la mirada de uno y el otro sobre los mismos hechos vividos y a veces secretos que no conocÃan sobre sà mismos.
Hay capÃtulos muy fuertes como cuando LucÃa cuenta el tristÃsimo episodio del año 2001 cuando siete chicos del Hogar fallecieron en viaje de vacaciones o los momentos en que sufrió sus ACV, desmayándose incluso en el escenario.Pero entre los recuerdos personales, valen mucho los capÃtulos en  que primero LucÃa y luego JoaquÃn hablan sobre su padre, un asturiano fuerte, como muchos españoles involucrado en negocios de gastronomÃa, pero con un grave problema, su adicción al alcohol.
“El estado de ánimo de mi familia dependÃa de dos escenarios completamente opuestos”, cuenta LucÃa.”Uno de ellos era cuando Papá terminaba su trabajo en el restaurante y venia directamente para casa. En ese caso todo estarÃa bien porque en casa no tomaba más. Entonces si él llegaba a la hora que tenÃa que hacerlo la alegrÃa se contagiaba en todos nosotros y eramos una familia feliz. Los problemas aparecÃan cuando sucedÃa lo contrario. Si tardaba cinco o diez minutos más de la hora señalada, eso nos anticipaba que se habÃa quedado tomando y la casa se veÃa invadida por un desasosiego total”.
Asà la artista cuenta que muchas noches su madre, MarÃa Engracia los mandaba a dormir a casa del portero o de un vecino para evitar males mayores, que discutÃa mucho con su padre, y que el episodio que más sufrÃó es cuando su padre llegó tarde y borracho a su cumpleaños de quince.
Los Pimpi estaban de gira cuando su padre falleció y cuenta LucÃa que “no haber estado a su lado cuando se murió fue una de las cosas delas que más me arrepiento en la vida. Hubiera querido irme a mi casa para tirarme en la cama y llorar un mes seguido. Pero en esta profesión tenés que maquillarte, peinarte, subir a un escenario y estar siempre espléndida porque la gente paga una entrada para verte brillar. Por supuesto que el show debe continuar, pero a su debido tiempo. Cuando no sucede de manera natural, en contra de tu propia energÃa y de tu necesidad de recuperarte, es muy difÃcil pasar por ese proceso de un modo que te permita superarlo. Yo no lo hice nunca. Y me arrepiento. TendrÃa que haberme quedado metida en mi cama el tiempo necesario o pasarme cinco horas en el cementerio frente al nicho, hablandole a mi papá, deseándole con todo mi corazón que por favor descansase en paz.Diciéndole que lo habÃa amado mucho. Que lo perdonaba.En ve de eso, experimenté esa circunstancia como la protagonista de una pelÃcula en la que fuimos, vinimos, volvimos, lloramos y volvimos a irnos”.