El pasado 8 de octubre se publicó un reportaje a Julio Bocca titulado “En el Teatro Colón se necesita un cambio” y hoy nos enteramos que el director artÃstico del Primer Coliseo argentino, DarÃo Lopérfido, bajó de la programación del año que viene las presentaciones previstas del ballet Nacional Sodre de Uruguay que dirige, justamente, quien fuera la gran figura de la danza en nuestro paÃs.
Julio Bocca quiere presentar en Buenos Aires la producción elogiadÃsima del “Hamlet Ruso” de Boris Eifman y ahora la compañÃa está negociando con un teatro de la calle Corrientes para hacer funciones durante el otoño.
Según DarÃo Lopérfido él tuvo que sacar el espectáculo de la programación del 2017 y dejarlo para el 2018, porque Bocca llevarÃa el ballet seis meses antes al teatro Coliseo. Chequeamos los datos y lo que el Sodre presentará en el Coliseo no es el “Hamlet Ruso”.Â
Algunas versiones dicen que la polémica con Bocca viene a partir de los dichos sobre el ballet del Colon y estos fueron algunos de sus conceptos:“Nunca una compañÃa latinoamericana de ballet alcanzó el nivel actual del Sodre”.
-Siguiendo esa lÃnea de reflexión, ¿por qué pensás que con la cantidad de bailarines talentosos que hay acá y contando con una sala como la del Teatro Colón no se logró algo asÃ?
-Yo también me lo pregunto. Imaginate una compañÃa con Paloma Herrera, Maximiliano Guerra, Hernán Cornejo, Iñaki Urlezaga, Eleonora Cassano, Marianela Núñez, Ludmila Pagliero y otros tantos que no son tan conocidos?. Ese nivel es único. TendrÃamos una compañÃa con bailarines que fueron o son figuras de los grandes teatros del mundo. Realmente me gustarÃa saber por qué nunca pudimos?, y me gustarÃa saber por qué ahora tampoco podemos. Mi trabajo, en el Sodre o en cualquier sitio, es que cada vez que se levante el telón sea para presentar un espectáculo de excelencia. Lo que exijo no es porque Julio Bocca lo exija: la danza lo exige, la danza exige ser disciplinado, estar en forma fÃsica y tener una lÃnea si querés estar al nivel de las mejores compañÃas.
-¿Y por qué pensás entonces??
-Dejame que te aclare algo: no pienso mucho [se rÃe]. Me manejo por sensaciones, me muevo por impulsos…
-A la luz de lo que decÃs, cuando en abril de este año anunciaste tu “hasta luego” del Sodre y en mayo volviste, ¿habrá que entenderlo como un impulso, como algo que te pasaba por el cuerpo que no te cerraba del todo?
-Me tomé una licencia porque lo necesitaba. TenÃa pautado ir al festejo de los 70 años de Lino Patalano en Italia y nada más. Luego se armó una cosa más del orden de lo mediático que me obligó, en plenas vacaciones, a andar contestando mails aclarando que seguÃa. En medio de eso salió que el ABT me habÃa ofrecido la dirección, cosa que me obligó a mandarle un mail a Kevin McKenzie, su director, para aclararle que no era verdad. Fue un estrés, pero también me permitió detectar que algo, como equipo, no estábamos haciendo bien porque estaba todo muy centrado en mi figura. El desafÃo en esta etapa es corregir eso, por eso ahora la compañÃa tiene una codirectora.
-Hubo otro momento del año en el que te debe haber estallado el teléfono con mensajes: cuando primero te tantearon para ser ministro de Cultura de Buenos Aires y, a la semana, director artÃstico del Teatro Colón.
-Eso fue un llamado de consulta. Yo aclaré que no me sentÃa capacitado para ser ministro. Y cuando me llamaron para el Colón les dije que estaba muy bien en Montevideo. Por ahora, no. Estoy muy bien allá, tengo mi pareja, mi familia armada.
-En junio fuiste jurado del concurso abierto para incorporar bailarines al Colón. ¿Con qué te encontraste, qué viste?
–Tuve la sensación de una falta de apoyo por parte de la dirección del Colón hacia el trabajo de Maximiliano Guerra, como director del Ballet Estable, para poder encarar un trabajo como el que hay que hacer. En el Colón se necesita un cambio, la compañÃa lo merece. Nunca pude entender el motivo por el cual tienen tan poca cantidad de funciones anuales. Asà como están las cosas, el bailarÃn no tiene la posibilidad de que su personaje crezca. Y esto sucede en un teatro, como el Colón, que ha dado más figuras internacionales en el campo de danza que en el operÃstico. Me da pena que no se aproveche eso.
-¿Lo llegaste a hablar con DarÃo Lopérfido, el director artÃstico de la sala?
-No, hice mi trabajo y me fui.