Estuvimos viendo la primera función de este sábado de “Rocky” a sala llena, con la emoción de ver la entrega profunda de Nico Vazquez en un personaje que ama desde siempre y al que le pone cuerpo y alma.
El Lola Membrives se transforma en un estadio con la gente vivando a pleno a ese boxeador que busca triunfar arriba del ring para ser alguien en la vida y sobre todo para demostrarle a su chica que puede llegar a serlo.
Nico Vazquez es Rocky y seguramente Stallone si pudiera verlo estaría orgulloso de este traslado al teatro de su icónico filme, con un protagonista que le encontró a la historia un relato escénico impecable, con un ritmo y una dinámica que no da respiro.
Los números del espectáculo abruman: 130 personas trabajando, 12 meses de preproducción, 360 horas de entrenamiento, 7500 metros de cableado entre iluminación, sonido y cámaras (todos elementos fundamentales en la puesta de Nico y Mariano Demaría); 135 cambios de vestuario y, entre otros datos, 72 escalones que recorre el actor por función, los mismos de la famosa escalera de Rocky, ubicada frente al Museo de Arte de Filadelfia.
Pero más allá de los números está el talento, como el de Nico haciendo creíble a su Rocky, el de Dai Fernandez, tan tierna como fuerte en su Adrian cuando debe serlo; David Masajnik, excelente en su Mickey, Leo Trento (muy bien como Poulie), Tweety Monje, siempre bien en dos personajes y brillante la Gloria de Georgina Tirotta en un elenco parejo donde todos tienen su momento de lucimiento.
Conocemos a Nico Vazquez y sabemos de su presencia en todos y cada uno de los detalles de este espectáculo que promete ser otro de sus éxitos. Y nos alegramos mucho por él y todos quienes trabajan en “Rocky”. Si pueden, no se lo pierdan.