Tanto se preguntan por qué la gente se engancha con una telenovela extranjera como fue el caso de “Moisés” y ahora con su continuación, “Josué y la tierra prometida”, que termina mañana por la pantalla de Telefe y el tema no es casual, porque además, las ficciones no sólo funcionaron entre nosotros. Fueron éxito en su paÃs de origen, Brasil y en muchisimos otros canales del mundo.
Parte de los motivos pueden ser éstos, que disfrutamos como telespectadores:
. La inversión realizada en escenografÃas, ambientación y vestuario, algo a lo que hoy hay que sumar la tecnologÃa. Rede Record invierte y recauda. Cada capÃtulo de la telenovela cuesta una fortuna en este sentido, pero se recupera al vender la lata en el mercado internacional. Una fórmula que descubrió Alejandro Romay y tantos otros en su momento, para la que hay tener espalda que por estos tiempos nuestra tele no tiene, pero que siempre (o casi siempre) funciona como le pasa a los productos de origen turco.
. Los códigos del formato respetado a rajatabla. La historia de amor es siempre el centro y eje de la telenovela, con muchos impedimentos para que se llegue a realizar. Para eso están los villanos.
. Y nadie más mala ni más despechada en “Josué” que Samara, en ese personaje que es la contrafigura de Aruna (la mujer de Josué, la buena) y que tendrá su desenlace en el capÃtulo final porque hasta ese momento sigue tramando en contra de su archienemiga.
. En el caso de “Moises” y “Josué” hay que sumar la base de la cultura hebrea frente a la cananea, usos y costumbres, bailes, comidas, explicaciones de rituales, una cantidad de datos que “visten” la telenovela con una calidad única.
Y hay mucho más. Pero nada es casual. La idea de las novelas bÃblicas prendió y para Rede Record es una fábrica casi inacabable de productos audiovisuales.
Ah…y la música: