“El trasplante no es una joda. Fue una cirugÃa de nueve horas. Cada vez que lo pienso no lo puedo creer: me tuvieron abierta durante horas y tuve dos paros cardÃacos” contó Soledad Aquino, la mamá de Mica y Cande Tinelli.
“A fines de marzo, Soledad fue internada de urgencia en el Sanatorio Trinidad de Palermo a raÃz de una hemorragia estomacal severa. En pocos dÃas, el diagnóstico de cirrosis hepática y úlcera de duodeno la llevó a anotarse en la lista de espera del INCUAI para un trasplante de hÃgado. Durante la internación, contrajo coronavirus y el cuadro se complicó. El 10 de junio pasado finalmente recibió el trasplante de hÃgado y, desde entonces, inició un largo y duro proceso de rehabilitación” cuenta la nota de la revista Hola! de Argentina de este martes, en la que Soledad contó su calvario.
“Tuve que aprender a vestirme sola de nuevo, a atarme los cordones… No tenÃa fuerza muscular ni para lavarme los dientesâ€, explicó Soledad Aquino quien hoy se siente muy bien y feliz.
–¿Siempre tuviste mal el hÃgado?
–A los 24 años perdà mi primer hijo con Marcelo (Tinelli), Santiago… a los ocho meses y 20 dÃas de embarazo. Estaba manejando y tuve un desprendimiento de placenta. Cuando me llevaron al sanatorio, ya habÃa perdido cuatro unidades de sangre, que es muchÃsimo. Me desmayé, estuve un mes en terapia intensiva y mi hijo murió. En ese momento, recibà muchas transfusiones y contraje hepatitis C, un virus desgraciado que me amenazó toda la vida. A partir de ese momento tuve que aprender a cuidarme, porque todo lo que comÃa me caÃa mal. Por eso, cuando empecé a sentirme mal a mediados de marzo, pensé que era más de lo mismo, tal vez un cólico. Por suerte mi hermana insistió en llevarme a una clÃnica, porque veÃa que no mejoraba ni un poco. Ahà saltó que tenÃa una hemorragia interna y el hÃgado ya lo tenÃa a la miseria. Los médicos me dijeron que tenÃa que hacerme un trasplante.
–¿Tuviste miedo?
–Claro que tuve miedo, pero al mismo tiempo, no sé por qué, estaba también tranquila, como entregada a la situación. Me internaron para comenzar a prepararme para la operación: cambio de alimentación y una vida más tranquila. El trasplante no es una joda: fue una cirugÃa de nueve horas. Cada vez que lo pienso no lo puedo creer: “Mierda, me tuvieron abierta durante horas y tuve dos paros cardÃacosâ€.
–¿Tuviste dos paros cardÃacos?
–SÃ. Asà estuve yo, carajo, luchando entre la vida y la muerte. Mis hijas me contaron que los médicos decÃan que lo mÃo era un milagro. Y yo pienso que realmente tenÃa muchas ganas de vivir. De esta terrible experiencia descubrà que el cariño de la gente, de todos los que te quieren, es lo que te empuja a seguir resistiendo, porque hay un momento dado que sólo se trata de resistir. Ya no podés más y sólo está en vos seguir aguantando un poco más. A los médicos les decÃa: “Por favor, cuÃdenme que no me quiero irâ€, porque yo adentro mÃo tenÃa una fuerza interior gigante, tenÃa muchas ganas de vivir.
Soledad habló de su relación con el padre de sus hijas, Marcelo Tinelli.
–Marcelo es un amor. Asà como muchos ven el personaje de Marcelo Tinelli, yo siempre lo voy a ver como el hombre de BolÃvar del que me enamoré cuando era muy chica. Me acuerdo de cuando tenÃamos juntos un auto al que le andaba mal el motor y siempre tenÃamos que empujarlo entre los dos. Esa persona es la que admiro y respeto, el hombre con quien me casé ante Dios. Juramos cuidarnos en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separara y si bien no estamos juntos, nos seguimos cuidando… Ya no sentimos ese amor marital, pero sà un amor de padres de nuestras hijas. Te aseguro que si a él le pasara lo mismo, yo no dudarÃa un segundo en ayudarlo, en donarle el órgano que necesitara. Me quedan pocos órganos por donar [risas]. ¿Cómo no voy a estar para ayudarlo? El corazón me lo manda.