En este sábado se hizo la segunda función a teatro lleno de “Poder Absoluto” con la visita de Sole Fandiño que mereció esta impresionante crÃtica en New York. Luego del éxito en Buenos Aires y  Santiago de Chile la obra con Paulo Brunetti y Carlos Kaspar (nominado a los ACE como mejor actor) y con la dirección de Oscar Barney Finn, se presenta en el Teatro Repertorio de Nueva York donde realizaran cuatro funciones del 17 al 21 de noviembre.
“Auspiciada por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina, Repertorio Español presentó esta producción que expone un substancioso texto del español Roger Peña Carulla, con una cuidadosa y muy creativa dirección del argentino-irlandés Oscar Barney Finn. Dos actores argentinos, Carlos Kaspar de larga y muy bien lograda jerarquÃa teatral en los escenarios de Buenos Aires, y Paulo Brunetti, un joven actor de origen patagónico, que se pasea con la mayor naturalidad en las escenas de Chile y Argentina, forman un binomio que encaja perfectamente a las exigencias de un texto que desglosa el poder con profunda objetividad y destreza literaria.
“Poder absoluto†es un drama polÃtico que desarrolla un minucioso estudio del poder, los vericuetos para lograrlo y la lucha por conservarlo. Con un diálogo maquiavélico dos miembros de un partido de extrema derecha se reúnen para un fin inconfesable. El polÃtico maduro propone al más joven una tarea sumamente peligrosa… Al comienzo, el joven rechaza de plano la sugerencia… Paulatinamente la astucia del más viejo y avezado polÃtico va carcomiendo la actitud rigurosa del más joven… Con un diálogo muy bien nutrido y una armonÃa literaria que crece y se sustancia, el maduro triunfa en conquistar la voluntad del más joven… Se llega por fin a un tratado. Ambos firman sendos convenios que aparentemente los amarra para lograr lo convenido. Como lo vio el director, un perfecto juego del gato y del ratón…
Un inesperado acontecimiento ajeno por completo a las tratativas convenidas hecha por tierra lo acordado. El desenlace final –ni siguiera sugerido como en los dramas clásicos– lleva al espectador al tan deseado placer de ver el triunfo del más débil…
Carlos Kaspar personificando a Eastman, el polÃtico consumado, logra con exquisita naturalidad mostrar una calidad de actuación que lo muestra como un digno alumno de maestros como Guillermo Battaglia, Alberto RodrÃguez Muñoz, dos pilares inolvidables de la escena argentina. Kaspar es hoy uno de los actores más descollantes de la escena teatral, televisiva y cinematográfica de su paÃs. La audiencia de Buenos Aires tiene además el privilegio de verlo personalmente a lo largo de la costa veraniega de Buenos Aires. Hoy ese privilegio Repertorio Español y el Gobierno de Argentina nos lo otorga a nosotros, los amantes del teatro en español de Nueva York.
Paulo Brunetti fue muy bien escogido para formar este dúo tan armonioso como efectivo. Su transformación de humilde admirador polÃtico a desafiante maquinador de poderes, lo perfila como un actor de una profunda y esmerada formación actoral.
La dirección de Oscar Barney Finn estuvo presente desde que se encendieron las luces de la acogedora sala de la Calle 27, Nueva York. Desafiante teatralmente fue la postura inicial de estos dos linces de la escena argentina, de espaldas al público. Todo lo que vino después, marcó el sello de este gran director argentino-irlandés, que hace unos años me lo mencionaron como algo especial en mi colectividad argentino-irlandesa. Recién ahora puedo darme el lujo de haber apreciado su exquisito metier como director.
Merecen menciones Paula Molina en el adecuado vestuario, Oscar Barney Finn en el diseño del espacio escénico, la exquisita y artÃstica escenografÃa de Eduardo SpÃndola, el trabajo de poner todo este esfuerzo junto de Fernando Then, la iluminación que esclareció sin molestar de Eduardo Navas, la asistencia a una excelente dirección de Agustina Barach, el sonido operático y reminiscente de Alfonso Rey y esa recepción tan acogedora que brindan los dirigentes de Repertorio Español, siempre presentes para recibirnos como para agradecer nuestras presencias”.
Sole Fandiño fue a ver el mejor teatro argentino en New York
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