Ya tiene a Tomás y a Juan de su pareja con Mariano Otero y ahora nació Felipe, de su relación con Ramiro Ponce de León. Florencia Peña fue mamá en este jueves en el Sanatorio de Los Arcos de Palermo. Felipe pesó 3,500 kg.
Fue a partir de este tercer hijo que la actriz descubrió que sufrÃa del trastorno de la trombofilia, y mientras en lo personal se dio sus inyecciones de heparina, para llevar adelante su embarazo sin poblemas, inició una campaña para que todas las mujeres que tienen este problema puedan tener acceso a esta medicación que no cubre las obras sociales.
Flor tiene 42 años y apostó a formar esta familia a distancia con el abogado salteño: “mi hijo tendrá domicilio acá y una casa en Salta” explicó.
Contó Florencia que este hijo fue “un trip angustiante: el deseo se convertÃa en una obsesión peligrosa. ¡No prendÃa y no prendÃa! Yo me creÃa omnipotente: quedé embarazada de mi primer hijo (Tomás, 15) a los 27, a tres meses de conocer a mi marido, sin saber si realmente serÃa mi hombre, y con un DIU. Me costó aceptar que serÃa mamá: no tenÃa ganas. Estaba para ponerle pañales a mi carrera, no a un bebé. Y el segundo (Juan, 9) en medio de una separación. Me desesperé. Empecé a correrme con prejuicios sobre la edad. Y puse mi cabeza en contra de todo” contó en la revista Gente.
–Y pediste ayuda…
–Siete meses después de tanto intento, di con el doctor Juan Aguilera, de un instituto de fertilización salteño. Antes, estuve preparando a Rama durante dÃas: “Amor, lo más probable es que tengas algún tipo de problemita en tu esperma. Estas cosas pasan. Vamos a ir a hacernos análisis, ¿sÃ?â€. Al llegar, Juan me dice: “Hay una noticia buena y una malaâ€. Le contesto: “¡Ya, la buena!â€. Entonces dispara: “Ramiro, felicitaciones, ¡sos un toro! Pero vos, Flor… uff, ¡terrible!†(risas).
–¿Cuál fue tu diagnóstico?
–Problema en la tiroides. Hasta que me muera voy a tener que tomar Libotiroxina. Trombofilia, por lo que me inyecto Heparina. Las trompas obstruidas, por lo que tuve que operarme aquella vez en Salta. ¡Y bingo…! Los óvulos viejos.
–¿Recurrieron a algún método?
–Me hicieron tres inseminaciones. Estimulando, con toda la furia, me sacaban tres óvulos… ¡Tres! No prendÃa. Fue un año de “negativos†total. Entonces, el médico nos sugirió una ovodonación. Nos entusiasmamos. Pero después reflexioné con Rama: “Con lo singular que soy, ¿tendrÃa un hijo sin mis genes? Y tendrÃamos un hijo tuyo…â€. Respeto ese recurso, pero no es para mÃ. Inmediatamente pensamos en la adopción.
–Pero tampoco se tratarÃa de un hijo con tus genes.
–Ni con los de Rama.
–¿Entonces?
–Le dije: “Mi amor, la vida nos dice que no. Soltemos todo; ¡no quiero saber de un puto tratamiento más!â€. Somos tan caseros, de esos de Netflix y helado, que le sugerÃ: “Hagamos vida de novios, ¡salgamos!â€. Y asà nos metimos en toda fiesta electrónica que habÃa… ¡Años sin ir a un boliche! El primer gran plan fue un viaje con Marley a Ibiza. Nos sentimos veinteañeros. Llegábamos al hotel por la mañana, con la cabeza girando y diciendo: “¡Ya no estamos para esto!â€
–¿Cómo reaccionaron tus hijos con la novedad?
–Los reunà en la cocina. Les dije: “Tengo una noticia que darlesâ€. Después de la tÃpica “¡¿qué, nos vamos a Disney?!â€, les hice todo un relato emotivo. Y lo primero que dijo Toto fue: “Ah, pensé que nos habÃamos ganado la loterÃaâ€. Juan, saltó: “¡¿Yo qué te dije?! ¡Te lo dije!â€. Hace tiempo que venÃa sugiriéndome: “Má, vos tendrÃas que hacer sexo con Rama y tener un bebé. Porque yo sé que se hace con sexoâ€.