Ana Belen Beas es pura energÃa y sobre el escenario baila, canta, actúa y transmite la alegrÃa y también la frustración de su LucÃa, en una inteligente adaptación “calé” de la tradicional historia de Cenicienta trasladada a un pueblo de España adonde llegará un artista (Maxi Guerra) a quien apodan “el prÃncipe”.
Un ensamble de lo mejor de la comedia musical acompaña a los protagonistas en esta historia de “Luz Cenicienta” que entretiene por igual a grandes y chicos respetando en El Nacional (teatro divino si los hay) el formato del family show con bailes, canciones y el humor infaltable para completar la fórmula.
Y es en ese rubro donde descolla el personaje central de Moria Casan, que se reinventó una vez más, para brillar con su malvada Petra en el eje de la historia de esta “princesa” que no se destacarÃa sin su fuerte contrafigura.
El imponente vestuario suma para que Casan se robe aplausos en cada aparición en escena, junto a sus impagables “cachorras”: una Gladys Florimonte que no pierde un segundo para hacer reir al publico y su “hermana”, Mariela Passeri, no le va en saga.
Con música de Angel Mahler (lindÃsima la canción que da el leit motiv, con letras de Beas, “Mirá arriba”) y mucho ritmo flamenco, con destaque para el número musical de las “lavanderas”; la comedia no afloja y mantiene el interés con la dirección de Ariel del Mastro y la coreografÃa de Mariela “Chipi” Anchipi”.
Sabrina Artaza en su “Rosa”, la amiga fiel de la protagonista, Leandro Gazzia en su Jilguero, Pablo Sultani como “Castañuelas”; Diego Hodara como “El sordo”; Maia Contreras como Juana, Andrea Lovera como Dolores y Julián Pucheta como “el apoderado”, completan con los bailarines la propuesta de un espectáculo de dos horas que el público agradece con el aplauso de pie final.
Moria Casan y Ana Belen Beas en un family show que sorprende
PERSONAJES