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Marcos y Juli a corazón abierto

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Los cinco invitados del primer programa de Andy Kusnetzoff fueron atractivos para el público, pero Marcos y Juli fueron debutantes en “PH, podemos hablar” junto a Paula Chaves, Abel Pintos y Damián Betular y contaron anécdotas desconocidas sobre sus vidas.
Andy comenzó el programa con una nueva sección donde cada uno de los invitados marcaba sus prejuicios sobre otro de los presentes y después llegó el esperado “punto de encuentro” donde Marcos y Julieta hablaron sobre un chasco que se llevaron en una primera cita.
Juli contó la poca piel que tuvo con un chico y Marcos recordó cuando casi quema la casa por prepararle milanesas a la que después fue su novia.

 

Los ex hermanitos contaron que nunca estuvieron juntos, que se quieren mucho como amigos, Juli contó que no es novia de Fran Stoessel ni de Agustín Sullivan y habló sobre lo mal que vivió el momento en que ciertos medios vincularon a su mamá con su ex novio.

 

También hablaron de tocs y obsesiones. Juli contó que su toc lo tiene con los zapatos y Marcos con la linea de los cubiertos, que siempre tienen que estar colocados en el mismo lugar.
Hubo un frente a frente entre los dos y Marcos contó que le cuesta expresar sus sentimientos cuando no tiene confianza con la otra persona, pero que cree que va mejorando.
Juli le contestó lo que más le costó cuando salió de la Casa y dijo que fue el odio del afuera, los comentarios negativos y que eso la llevó hasta a cortar una relación.
Juli dijo cosas muy lindas del “primo”, !siento que siempre está! y Marcos también habló de su cariño por Juli y afirmaron tras un abrazo que se quieren mucho como amigos y que nunca pasó nada entre ellos. Supertiernos.
Paula insistió con el fenómeno “Marculi” y dijo que no les creía que no pasaba entre ellos, pero Damián y Abel creyeron en sus palabras.

Marcos, de la depresión a la fe

Marcos también habló de su depresión  y ansiedad en la adolescencia que le provocaron un problema de salud. Explicó que llorando le pidió ayuda a Dios, que al día siguiente sintió la presencia de Dios y que todo empezó a mejorar cuando estudió en la Universidad del Metabolismo.
“De hecho sentí que tenía todo, pero no era feliz, no encontraba la felicidad, no valoraba lo que de verdad tenía y cuando me empezaron a faltar esas cosas me dí cuenta de que no tenía que pasar las cosas por alto”, contó Marcos.

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