Sólo las grandes actrices le ponen el cuerpo a sus personajes. Otras eligen dobles o usar pelucas. No es el caso de Maite Lanata, quien con sus 18 años aceptó cortarse toda su melena en pos de su personaje de un chico trans en “Cien dÃas para enamorarse”. Luego vendrá un tatuaje en la nuca.
En la fiesta de ayer, Maite usó una peluca bajo su sombrero:
Estas escenas se verán entre mañana y el lunes en la ficción de la telecomedia de Underground para Telefe, pero una nota de ClarÃn anticipa cómo fue la grabación de estas escenas:
Adiós al pelo largo. En el capÃtulo de este jueves se verá cómo fue la transformación del look de Juan (Maite Lanata). Foto: Germán GarcÃa Adrasti
Maite Lanata luce nerviosa y concentrada. Está sentada frente al espejo de un camarÃn, mientras un peluquero le plancha el pelo y le aplica un tratamiento para que, cuando llegue la hora señalada, el emparejamiento sea más amable. Su mamá, Viviana, la espera en la puerta, atenta a todo.

Backstage de la previa del corte de pelo. El momento clave se verá en el capÃtulo 60 de este jueves.
Falta cada vez menos para que llegue un momento clave en la historia de 100 dÃas para enamorarse (lunes a jueves a las 21.45, por Telefe), un capÃtulo bisagra que seguramente dará mucho que hablar en la televisión argentina. Si la ficción de Underground ya habÃa despertado interés por ser la primera en contar la historia de una adolescente en proceso de transición de género, la escena de hoy le dará un realismo poco habitual en una tira diaria.

Mucha intimidad en la grabación de una escena clave, en la que el varón empieza asomar desde la imagen. Pero hace mucho que Juani ya es Juan.
“Estoy bien. Nerviosa. Nunca me corté el pelo yo misma“, avisa Maite, unas horas antes de accionar la tijera y dar un paso definitivo, tanto en la ficción como en la realidad. La actriz de 18 años sigue brillando y demostrando su evolución profesional de la mano de Juani -ahora Juan-, un personaje que a priori no estaba entre los más importantes -como el caso de los de Carla Peterson, Juan MinujÃn, Nancy Dupláa y Luciano Castro-, pero fue ganando terreno hasta convertirse en una de las historias principales.
Consciente de que la ficcionalización de una transición de género es un tema sensible, Maite aprendió a andar en skate, buscó maneras de ocultar sus senos, cambió su postura, se dejó crecer el pelo en sus axilas e investigó sobre las cuestiones de género. El pelo corto es un paso más en esa transformación. “Antes de empezar la novela me preguntaron si podÃa cortarme el pelo y les dije que sÃ. Estaba re animada. Pero ahora estoy medio cagada“, confiesa el dÃa de la grabación. Su mamá cuenta: “Hace un rato me dijo: ‘¿Y si nos vamos?’“.
Maite ya se habÃa rapado parte de la nuca. “Y acá están los pelos que le sacaron”, avisa de nuevo su madre, mostrando dos mechones. “Los guardé porque vamos a hacer una cortina. Además, después tiene que hacer un personaje con pelo largo”, agrega. “Alguna vez me habÃa planteado cortármelo bien corto, pero no me animaba por el tránsito posterior a ese corte. Y siempre imaginé que para un personaje sà me iba a animar, porque le daba credibilidad. Estaba muy contenta hasta hoy. No es que la esté pasando mal, pero me da nervios. Siempre lo tuve largo“, cuenta la actriz que parece destinada a papeles jugados desde aquella chica con autismo de El elegido.
TodavÃa en peinado, llega un productor y pregunta cuánto falta para que la estrella del dÃa esté lista. Media hora. Tiempo de ir al set. Dupláa y Castro toman mate y pasan letra del guión en la cocina de la casa de su personaje, Antonia. Al lado, en la pieza de Juan (Lanata), un asistente chequea la luz que pega en el espejo donde se va a mirar para cortar. “Tomate el tiempo que vos quieras. Voy a necesitar un plano de ese mechón. Y repetir el plano, cortar otro mechón con la cámara acá”. El director de piso, Mariano Ardanaz, da instrucciones precisas de cada paso que hay que dar, cada plano que hay que registrar. Como la escena es irrepetible, están al detalle de todo lo que pueda pasar.

La escena que saldrá en pantalla este jueves se grabó a fines de julio. Maite aceptó cortarse su propio pelo.
Hay diez personas intercambiando opiniones. Se debate hasta qué punto exacto del pelo se puede cortar. “¿Qué hago con el mechón cuando lo corto?”, pregunta Maite. “Queda en la manoâ€, le responde Ardanaz. Aparece Dupláa y le da un abrazo a su hija en la ficción, le dice algo al oÃdo para envalentonarla. Será ella quien termine de emparejar el corte con la cámara todavÃa en on.
Luego de aquella grabación, ClarÃn volvió a hablar con Maite. “Estaba muy nerviosa. Esos nervios los usé para hacer la escena porque la verdad es que nunca en mi vida me corté el pelo, siempre lo tuve re largo. Después nos fuimos e hicimos el corte definitivo para hacer la escena siguiente, ya con el pelo cortoâ€, cuenta Lanata.
“En ese momento estaba re contenta. Cuando llegué a mi casa me bajoneé un poco, me puse medio triste. Pero al otro dÃa estaba más tranquila. Me di cuenta que sigo teniendo tics de pelo largo: cuando me pongo una remera, me saco el pelo para que quede afuera. Se siente raro. Pero es mucho más cómodo, te bañás al toque, se seca rápido“, asegura una de las principales responsables de que la tira fuera declarada de “Interés para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos” por la Legislatura Porteña.