No dudaron en acercarse a la esquina del puente de Amenabar donde muchos chicos cruzan cada dÃa y como vecinos del barrio dialogaron con el papá de la nena de 13 años violada ayer a las once de la mañana en el lugar.
Pablo Echarri y Georgina Barbarossa, como muchos otros habitantes del barrio de Colegiales, en Capital, estaban preocupados e indignados con lo sucedido y fueron a solidarizarse con la familia, a tratar de unirse y colaborar entre otros para impedir nuevos hechos.
“Nos estábamos acostumbrando a los robos, pero esto colmó el vaso” dijo Georgina y agregó “nos da la sensación de que es una zona liberada y el violador sigue suelto”.
Echarri por su parte dijo que hay “mucha gente viviendo bajo los puentes y el Puente Newbery es peligroso, muchas cámaras no funcionan”, comentó.