Abrió un camino de posibilidades, glamour y futuro para muchas. Cris Miró fue actriz, bailarina y la primera vedette travesti de la revista porteña aceptada masivamente con un éxito enorme en la sala del Maipo, de la mano de Juanito Belmonte primero y Lino Patalano después.
Antes había hecho cine en“Dios los cría” de Fernando Ayala con Soledad Silveyra y China Zorrilla y en la adaptación cinematográfica del libro de Camus “La peste“, dirigida por Luis Puenzo, con William Hurt, Robert Duvall y Raúl Julia, en la cual interpretó a la Mujer Rata.
Cuando los edictos policiales todavía condenaban con arresto a quienes vistiesen ropas contrarias a su sexo de nacimiento, en 1995 Cris Miró fue nombrada la Vedette del Año.
Y ahora, Javier van de Couter comenzará a grabar la miniserie sobre la vida de Cris y encontró en España a la protagonista que la interpretará en esta biopic.
La española Mina Serrano (nacida en Granada) recreará la corta historia de Cris y hay mucha expectativa por la mirada de un guionista y director que ya en “Mia” mostró su sensibilidad sobre el tema.
“A pesar de que nací con un determinado sexo que hace que tenga documentos con nombre y género de hombre, lo más importante es lo que yo siento. Yo soy una sola persona, y eso es lo que a mí me importa. Eso de los opuestos lo ven los demás, yo lo vivo de una sola manera. Mi verdadero nombre es el que siento y el que quiero: que es Cris Miró.”
En 1998, canceló sus presentaciones en el boliche La Diosa y su estudio de odontología por problemas de salud, que requerían reiteradas internaciones hospitalarias. En 1999, falleció a los 33 años de edad.
Flor de la V dijo en su momento que “ella dio el paso más difícil, abrió la puerta mejor cerrada de una sociedad conservadora y patriarcal. Se ganó su lugar a puro talento y carisma. Si hoy estoy acá es gracias a Cris Miró.
Mina Serrano contó que “en viaje por la sexualidad y el género nunca ha sentido ningún conflicto. He viajado por todas las letras que forman LGTB”, asegura. “Me atraían chicos y chicas, pero di por hecho, por cómo me colocaba la gente, que tenía que ser gay. Después de mis primeras experiencias, me gustó una chica y ella me correspondió; entonces supuse que era bisexual. Eso sí me generaba conflicto, porque masculina no he sido nunca, ni físicamente ni por comportamiento”.
Cuando llegó a vivir a Madrid, Serrano continuó conociéndose. “Exploré lo no binario y el género no conforme; descubrí el espectro de lo trans y comencé a transitar. Hace dos años ya me consideraba trans, aunque no tuviese un aspecto tan femenino como ahora. Después de tanto transitar, me he colocado en el punto en el que estoy”.