“En diciembre de 1980, con la dictadura aún en su apogeo, el abogado Mariano Márquez decide ejecutar su versión del crimen perfecto. Organiza el secuestro extorsivo de un importante empresario y, para alcanzar la impunidad, imita el terror impuesto por el régimen militar: sin cuerpo no hay delito”.
Esa es la base del muy interesante relato de Reynaldo Sietecase en su libro “Un crimen argentino”, que ahora será llevado al cine con producción de Pampa Films.
Nicolás Francella y MatÃas Mayer serán los protagonistas de esta pelÃcula que dirigirá Lucas Combina (“La chica que limpia”), un thriller apasionante donde también actuarán DarÃo Grandinetti, Luis Luque, Rita Cortese y Alberto Ajaka. Un elenco de primer nivel.
Un crimen argentino
Reynaldo Sietecase escribió “Un crimen argentino” partiendo de una historia real. En un taller de periodismo dirigido por Tomás Eloy MartÃnez presentó un trabajo de investigación. MartÃnez, antes de hacer la devolución de la tarea, le dijo “usted tiene una novela ahÃâ€. Con ese señalamiento, Sietecase empezó a pensar esta novela policial situada en Rosario, en 1980.
El abogado Mariano Márquez supo tener un futuro promisorio por delante. Hijo de militar, se habÃa decidido por las leyes. Estaba enamorado de una compañera de la facultad; sus primeros trabajos le aseguraban cierta economÃa sin sobresaltos. El derrumbe comenzó tras el embarazo que apuró el casamiento, y que, más tarde, desembocó en divorcio y amenazas. Márquez comenzó a moverse por circuitos marginales, se embarcó en sucesivas estafas y negocios ilegales. Hasta que, finalmente, sucedió lo previsible y el prometedor abogado pasó varios años en la cárcel.
Durante ese tiempo, Márquez concibió un plan perfecto: elaboró una idea que incluÃa un secuestro extorsivo, seguido de asesinato y desaparición del cuerpo. “Sin cuerpo no hay crimenâ€, concluyó: dos bidones de ácido sulfúrico bastarÃan para eliminar cualquier prueba.
Un crimen bien argentino, que funciona como megáfono del murmullo silenciado por la dictadura militar. El terror como música de fondo.