Seguramente si se concreta el divorcio y la división de bienes, tras 22 años juntos y una crisis que por ahora no está definida como terminal entre Fátima Florez y Norberto Marcos; la artista pasará a ser su propia productora, siempre asociada a distintos empresarios según las plazas donde vaya a hacer su show.
Por ahora Fátima está cumpliendo con compromisos previos, cerrados con anterioridad por su marido, como el de esta semana en Carlos Paz, algunos que la esperan en Uruguay y Chile y también en Miami, porque todo se programa con mucho tiempo.
Pero de alli en más habrá que ver cómo sigue la carrera profesional de Fátima, si elegirá como hasta ahora ser figura central de sus propios espectáculos o si aceptará integrarse a otros elencos (se habló en su momento de su protagónico para “Hello Dolly” y un casting para el rol de la madre en “Matilda”).
Fátima y Marcos optaron desde hace años por sus shows de humor, con música y baile, y asà fueron creciendo sobre todo entre las temporadas de Carlos Paz y Mar del Plata. Y justamente fue el empresario Miguel Pardo, quien veló por el espectáculo de Fátima en la ciudad cordobesa en este fin de semana, en el que ya no apareció su marido.
Para la artista puede ser un antes y un después en su trayectoria, una elección de vida tanto arriba, como abajo de los escenarios. De ella dependerá.
Fátima pasó un verano agitado, acosada por la posible demanda de Moria Casan con su registro de marca (aunque nunca dejó de imitarla) y el alerta de la MGM por haber intentado copiar su logo para la marquesina de su show de verano.
