InicioACTUALIDADJorge Rial: "en "Intrusos", no cuentan nada que no sepa"

Jorge Rial: “en “Intrusos”, no cuentan nada que no sepa”

Debuta en la gran competencia matutina de la radio desde la 10, con su “Argenzuela” y hablando con Teleshow, Jorge Rial dejó sus impresiones sobre el actual periodismo de chimentos; género que transitó durante años y  sobre el que tiene autoridad de opinion hablando con Pablo Andisco.
—Cuando anunciaste el cambio de hora en tus redes, lanzaste un alerta a los famosos: “No se va a salvar ninguno”. ¿Extrañás un poco al Rial de Intrusos?
—Veo los programas de espectáculos y lamentablemente entraron en la lógica de la domesticación del famoso. El famoso domesticó a los periodistas de espectáculos y se perdió ese espíritu crítico, salvo algunas cositas de Ángel de Brito. Y los programas no tienen la influencia que tenían antes porque las redes sociales rompieron todo. ¿Qué podés hablar de Wanda Nara si Wanda Nara habla por ella? El programa va a estar dividido: las dos primeras horas con mucha actualidad, y después, más distendido. Ahí va a aparecer el espectáculo, y van a caer víctimas de nuestra mirada. No soy amigo de los famosos ni lo quiero ser; ni de los políticos, ni de los empresarios, ni de los deportistas.
—Se está cumpliendo un año de tu partida de Intrusos. ¿Cómo lo ves a la distancia?
—Mi salida era lógica y necesaria para el programa y para mí. Yo me había aburrido de entrevistar gente que no conocía, que no sabía que hacían. Cuando yo me voy del programa pido que queden Adrián (Pallares) y Rodrigo (Lussich), y el canal no los quería. Ellos querían a (Horacio) Cabak y a mí no me parecía; creía que lo lógico era que siguieran ellos. Ahí cambió el estilo: lo hicieron más liviano y de entretenimiento. Ahora está Florencia (de la V) y también es lógico, porque ante un canal que ha perdido a sus figuras, miraron para adentro y me parece bien. El problema es que es parte del ambiente, y estar al frente de Intrusos la va a limitar bastante. Pero Intrusos es muy resistente: logramos armar un producto que traspasa todo, al punto que cualquiera lo puede manejar y es imposible que lo choque.

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—¿Aun sin tu presencia?
—Sí, porque tiene un estilo. Es real que no instala agenda y no tiene la influencia de antes, que lo que decías en Intrusos explotaba, pero sigue siendo un programa de referencia y me siento orgulloso de haber armado ese estilo durante 20 años. No es lo mismo: no lo miro porque no cuentan nada que yo no sepa. Y perdió maldad, esa cosa irónica que tenía y ya no tiene.
—Ese sí eras vos. O al menos, el personaje del que hablábamos al principio de la nota.
—Sí, claro. Pero tengo 60 años, tengo cierta espalda como para hacer ciertas cosas. Pero entiendo que no se pueda, y está bien. El espíritu sigue estando, es un clásico, y los clásicos no se discuten.
—Destacaste a De Brito en la charla, con quien tuviste un desencuentro a finales del año pasado. ¿Cómo estás con él?
—Con Ángel no somos amigos, pero tampoco enemigos, y las veces que nos peleamos fueron boludeces. Pasó que a fin de año, con lo de Wanda, la verdad que ellos tenían la mejor información del tema. Lo dije al aire, lo invité a salir en el programa y él me invitó a LAM. Yo no fui porque no tenía ganas todavía de volver a la tele y tampoco me parecía porque podía verse como una mojada a de oreja a Intrusos, y no era mi intención. Entonces lo dejamos pendiente
—¿Lo ves como tu sucesor?

—No, porque es ponerle una etiqueta a alguien y compararlo… Él es Ángel de Brito, tiene su propia personalidad y ya tiene un lugar ganado en el mundo del espectáculo. Me parece que es el que mejor sigue el estilo de lo que era el viejo programa de espectáculos. Tiene buena info, tiene primicias, y eso es un valor agregado y lo que lo hace diferente. Y mantiene esa ironía: le gusta pelear.
—Mencionaste que la televisión está en su peor momento de credibilidad. ¿Cómo se soluciona?
—Hay que reconstruir la televisión, hay que hacerla de vuelta. Para mí es bárbaro como medio de comunicación, pero hay que reconstruirlo, y no veo muchas ganas de hacerlo. La tele cree que echar mano a los influencers es renovarse, y no es así. No reniego de la tele, pero hay que barajar y dar de nuevo.
—¿Extrañás algo de la tele?
—Nada, nada. No está en mis planes volver a la televisión. No me quita el sueño, no extraño y casi no miro porque no hay mucho que me atraiga. Paso. Lo último que vi fue la edición anterior de Masterchef Celebrity, pero ni siquiera veo noticieros, porque para eso voy a los canales de cable. Y entretenimiento no hay: no veo nada que me atraiga.

—Hace unos días recordaste en tus redes un aniversario de aquel Gran Hermano 2007 y sus 50 puntos de rating. ¿Volverá el país a hablar de algo que pasa en la televisión?
—Hoy sos tendencia y ya dicen: “El país está hablando de…”. Y no está hablando el país. En aquel momento, de verdad 50 puntos era la mitad del país viéndote, y lo sentías en la calle. Hoy es tendencia El Presto por putear a las mujeres; es tendencia Yao Cabrera y el tipo cree que en realidad es famoso, que es popular. Pero es tan efímero eso… En aquel momento Gran Hermano, Tinelli, Susana, los partidos de fútbol: de verdad se paraba el país para verlos. Y hoy, ningún programa de televisión para el país.




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