Hoy Silvestre tiene 16 años y es un adolescente deportista, divertido, pero hubo un momento en su corta vida, de quiebre, cuando a los doce años descubrieron que sufria de epilepsia.
Así lo reveló su padre, Gonzalo Valenzuela cuando habló en un vivo de Instagram colaborando con una campaña promovida por una médica neuróloga. Un tema que recién ahora sale a la luz.
El actor chileno habló en ese momento de cómo le descubrieron a su hijo mayor, que tuvo con Juana Viale, su enfermedad, cuando tanto Silvestre como el menor, Alí (hoy de 12) convivían con él en su país y relató que “cuando me fui a acostar, desperté con unos golpes y no entendía qué estaba pasando. Silvestre estaba en un estado irreconocible. Se me paralizó el cuerpo, lo agarré en brazos para que su hermano no despertara, pensé que se me había muerto en un minuto, estaba pálido, con los labios morados. Estuvo inconsciente mucho rato después del ataque”.
Pasaron cuatro días de observación hasta que hubo un diagnóstico certero para Silvestre, quien hoy lleva una vida normal, al estar medicado y controlado para evitar sus convulsiones.
Tanto Valenzuela como Juana Viale mantienen bajo perfil sobre su propia vida y la de sus hijos, pero como se ve en la nota que hace casi un año dio en San Isidro para la tv chilena el actor, junto a los dos varones y a Anka, fruto de su relación con la actriz chilena María Gracia Omegna; Silvestre es un genio sobre su skate y nada le impide disfrutar de sus jovenes años a pesar de su diagnóstico.