Es un galanazo, pero por lo que parece dudaba de su aspecto fÃsico y tras mucho entrenamiento, Miguel Herrán muestra hoy su satisfacción por lo logrado.
De su joven “Rio” enamorado de Tokio (Ursula Corberó) al galán pobre de “la marquesita” Ester Expósito en “Elite”, el actor español va en carrera ascendente a sus 24 años.
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Herrán confesó que “he sido un obseso. He tenido vigorexia. Me veÃa delgado pesando 80 kilos” comentó sobre su estado fÃsico en una entrevista para Mens Heatlh España.
“Con 13 o 14 años mis amigos me llamaban ‘Conan The Barbarian’ por lo grande que estaba” y él no lo veÃa asÃ.
Herrán dio una entrevista a GQ en la que quiso dar las gracias a su novia, Sandra Escacena por ayudarlo a ‘normalizar’ la fama y todo este boom que se ha formado a su alrededor en los últimos años.
“Mi novia me está animando a que haga más este tipo de cosas”, dijo haciendo referencia a salir a dar un paseo o tomar algo en una terraza.
“La verdad es que está haciendo un gran trabajo en este sentido, aunque a veces se arrepiente de salir por según qué sitios… “, confesaba. Miguel, que en 2016 ganó el Goya a Mejor actor revelación por su papel en la pelÃcula A cambio de nada, de Daniel Guzmán y que estaba harto que lo persigan para hacerle fotos o tomarle videos.
La vigorexia es un trastorno no estrictamente alimentario, pero que sà comparte la patologÃa de la preocupación obsesiva por la figura y una distorsión del esquema corporal; es más frecuente en hombres de entre 18 a 35 años.
Esta patologÃa implica el efecto contrario que la anorexia, por lo que también recibe el nombre de anorexia inversa, además de dismorfia muscular.
La vigorexia es, por tanto, un tipo de trastorno dismórfico corporal que se relaciona con el trastorno obsesivo compulsivo y que implica que la persona se obsesione con sus imperfecciones, lo que hace que perciba una imagen distorsionada de sà misma.
Este tipo de afecciones repercute negativamente en las relaciones personales del paciente y a su salud mental y fÃsica.
