VivÃa en la localidad de El Nono en Córdoba y desde allà se conoció la noticia en este sábado, de que habÃa fallecido a los 64 años de un cáncer colorectal, Silvana Suarez, quien fue coronada Miss Mundo en 1978 en Londres, cuando los concursos de belleza eran una marca de aguas brillante para las mujeres. Un antecedente que abrÃa las puertas grandes de relaciones y posibilidades laborales que, en el caso de Silvana, no fueron menores.
Silvana tuvo su fama, viajes y placeres, y en 1988 se casó con el entonces creador dueño del diario Ambito Financiero, Julio Ramos, con quien tuvo dos hijos, Augusto y Julia.
Asà te recordaré Silvana Querida….. Siempre en Mi corazón ⤠pic.twitter.com/0dlcIzgmh4
— César Juricich (@JuricichCesar) October 22, 2022
Tras 11 años de casada, la ex Miss Mundo se divorció y comenzó un doloroso proceso personal por el tema de la división de bienes.
Fue justamente ese asunto el que la llevó a ser recordada cuando se levantó de la mesa de Mirtha Legrand luchando también por la tenencia de sus hijos.
“Yo no necesito de vos para tener audiencia, Silvana Suárez. No te necesito”, fue la frase que quedó grabada en la mente de los televidentes ante esta situación.
Eran otros tiempos y otra mirada, cruel, sobre las mujeres que reclamban lo que les correspondÃa y por eso una periodista esclarecida como Mercedes Funes, remarca hoy otra mirada sobre el tema en la que coincidimos.
Silvana Suárez es un ej del maltrato social q sufrÃan la mayorÃa de las mujeres q denunciaban x violencia a un poderoso en su tiempo. Y lo llevó con una dignidad asombrosa. 🖤 https://t.co/h4CIgNNA0H
— Mercedes Funes 💚 (@MercedesFunes) October 22, 2022
En su momento, hace diez años, habló sobre sus hijos para el diario La Nación.
–¿Sufriste cuando Julia y Augusto se fueron a vivir solos?
–SÃ, porque lo hicieron de un dÃa para el otro. Cuando cambió la ley de la mayorÃa de edad, recibieron la herencia de su padre y en ese momento sintieron que tenÃan que hacerse responsables de su vida. El problema no era despegarme de ellos, porque siempre estuve dispuesta a que hicieran su vida, algo que yo hice a partir de los 20 años. Lo duro es que fue muy abrupto y no me lo esperaba…
–¿Cómo fue educarlos sola estos últimos años?
–Extremadamente difÃcil. La sucesión fue muy dura, todavÃa hay cosas que no se terminaron de resolver. Hubo mucha gente en el diario que se opuso y yo tuve que hacerme cargo de todo sin ninguna ayuda.
–¿Qué valores les transmitiste?
–Ellos podrÃan haberse criado rodeados solamente de un mundo de plata y poder. Pero, en cambio, yo busqué darles vacaciones en Nono para que pudieran conocer la vida de pueblo y tuvieran contacto con gente sencilla. Además, quise compartirles mi pasión por el arte y la música. Yo siempre fui muy afectuosa con ellos y les inculqué la importancia del cariño.
–Hoy, en plena vida nueva, ¿qué análisis hacés de tu matrimonio con Julio Ramos y del posterior y mediático divorcio?
–Tuvimos una relación muy intensa, de mucho amor, con dos hijos de por medio. Y de golpe llegó un divorcio muy agresivo, sonado y muy injusto. Con Julio hicimos muchas cosas juntos y la verdad es que lamenté que durante el divorcio destruyera todo aquello que habÃamos creado. Yo lo ayudé a rehacer su vida y estoy convencida de que gran parte del éxito de Ambito Financiero tuvo que ver conmigo. Uno de los dolores más profundos de esa etapa de mi vida fue cómo bastardearon y vapulearon mi imagen.
–¿A qué te referÃs?
–En Buenos Aires conocà gente que me trató de una manera muy inescrupulosa y machista. El mundo del poder es, en general, muy machista. Creen que una mujer linda se casa con un hombre veintitrés años mayor por plata y que tiene hijos sólo por interés. Cuando yo conocà a Julio, él no era un hombre rico. Era, en realidad, un hombre que tenÃa posibilidades de hacerse muy rico. SalÃa de un divorcio en el que habÃa perdido muchos bienes, y el diario no estaba sumamente establecido. Hay personas que no quieren ver el lado positivo de la vida y es muy duro lidiar con eso. Para mÃ, lo único importante es saber que yo siempre fui fiel a mi corazón, y esa es mi mayor fortaleza. Ahora vuelvo a creer en el amor, y siento que merezco ser feliz.