Cuesta creer que tanto le afecte a una artista como Karina, la princesita lo que le pueda decir Esmeralda Mitre como para hacer que llegue al llanto. O tal vez esas lágrimas sean más de bronca que de angustia. Lo cierto es que no es justo que se la vea llorar en un reality donde con valores propios ocupa un lugar en el jurado.
El juego televisivo no es para todos y todavÃa parece que hay quienes ignoran las reglas de la factorÃa Tinelli, que repite año tras año con eficacia sus fórmulas de enfrentar personajes una y otra vez para crear conflictos, aún antes de que existan. Todo es encender la mecha y el fuego surge y rinde, por lo general.
En este caso, el supuesto enfrentamiento de clases entre la “niña rica” Esmeralda y la mujer que con esfuerzo y talento lleva su corona de princesa en la cumbia, parece ser el condimento perfecto para las contrincantes.
Pero Karina no puede llorar. No puede dejar al descubierto que no se siente respetada, que siente que la ningunean porque a Nacha, Oscar y Moria le tienen miedo y a ella no. Como sus compañeros de jurado llegó el momento de que se monte en su autoestima y no se permita mostrarse débil. Ojalá lo logre. Tiene a todo el público de su lado.
Gracias a todos por sus mjs. No son insignificantes, hacen bien. Valoro mucho! No estoy triste, solo en general, un poco hinchada las pelotas. Algo normal que seguramente, en ocasiones, les debe pasar. 😊â¤ï¸ un abrazo.
— Karina ♡ (@kari_prince) August 29, 2020