Son pocos los actores que pueden ponerse al hombro una comedia y dejarlo todo a la hora de hacer reÃr, de enamorar, de dar ternura y de mantener un esfuerzo fÃsico por casi dos horas al servicio de un personaje. Y Nicolás Cabré lo hace y con creces.
Como en “El quilombero”, otra vez las luces enfocan todos y cada uno de los gestos de Cabré, ahora en este Beto Fernández sobre el que gira el eje de este “Departamento de Soltero” que estrenó esta semana en el Lola Membrives.
Ese empleado pusilánime que se deja pisotear para lograr un ascenso encontrará en la señorita López la energÃa para cambiar su vida impulsado por un amor que le recordará que todavÃa puede ser un tipo mejor.
Y ahÃ, para complementar el talento de Cabré, aparece Laurita Fernández, carismática y perfecta para la imagen de esa recepcionista naif de los años 60, con buen timing para la comedia y la mezcla justa de seducción e ingenuidad que pide su Betty.
Junto a ellos, el jefe, el villano, el machista del cuento, le cae justo a MartÃn Seefeld en un elenco que se completa con los buenos trabajos de Gonzalo Urtizberea, Daniela Pantano, Paula Ituriza, Pablo Finamore y Pablo Fusco.
Y otra gran estrella de la propuesta teatral, junto al elenco, es el diseño de escenografÃa de Alberto NegrÃn, que esta vez eligió pantallas y mapping 3D para crear climas para la dirección de Daniel Veronese y el vestuario de Mini Zuccheri, adaptado a la época.
Cuatro grandes productores, Adrián Suar, Nacho Laviaguerre, Diego Romay y Gustavo Yankelevich, se aunaron para esta ambiciosa puesta en la que el humor y el amor corren paralelos en ese bulÃn de Montserrat.
Departamento de soltero, amor, humor y el mejor Cabré
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